Iniciada por el califa Ab-de-Rahman I, la Mezquita de Córdoba fue proyectada como una mezquita porticada buscando la misma relación patio-sala de oración que ya existía en la Mezquita de Damasco, pero con las once naves de la sala transversales. Ya en este primer momento se organizan las arquerías que definen la mezquita. Tomando como fuente el romano acueducto de los Milagros de Mérida, según algunos especialistas, el arquitecto cordobés introduce una importante novedad: el empleo de dos soportes superpuestos, una columna abajo y un pilar arriba, y dos arcos: uno inferior, de herradura, y otro superior, de medio punto, que recibe la techumbre de madera
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